domingo, 27 de julio de 2008

Eres mi alma.

Tu eres mi alma.

El reflejo del alma en el alma que refleja.

Eres ese alma que se enlaza en una danza con ese infinito que es receptáculo. Y allí el alma extendida es el sonido que reverbera. Es tan delicada su suave frecuencia.

Y entonces entiendes que no existe ni el mundo ni su presencia.

Sólo oración.

Sólo consciencia.

Sólo un instante.

Y, ¿como arrancaste un alma que duele?

El alma vuela y se extiende.

Es un cisne negro que se alza en el atardecer.

En ti existe una consciencia continúa de dios. Y, si esto es así, porque no te conoces. O es que crees que eres lo que ves.

Dejame invitarte a soñar.

Olvida la realidad.

Alcanza el alma que es alma en dios.

El amor es la osadía.

La osadía del hombre de ser dios.

Y el temor te vuelve a tu más humilde morada.

Ves a dios y te escapas.

Y ese dios está en la senda de tu alma.

Vamos a hablar ahora del no_amor.

No_amor es dios en toda su constancia.

¿Por que vives en tu dolor?

Porque te niegas en ti a ver a dios.

Esa desconfianza es tu dolor.

Tu dolor es tu ausencia de tu interior.

Esa poesía rota en un alma que anhela

Puedes ahora seguir como siempre o No.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.

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